CULTURA
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La Cultura Popular

La cocina forma parte de la memoria histórica de un pueblo, está grabada en los cromosomas y por eso nuestra infancia y nuestra patria está asociada a los aromas y sabores de la cocina de nuestra madre. Cuando una comida sabe a hotel, o está sin gracia, gusto o personalidad, podemos pagar la cuenta sin rechistar, pero tardaremos o trataremos de no volver, que es el mayor castigo que se le puede hacer al hostelero. Y esto lo están haciendo y harán miles de clientes todos los días.

Y viene todo esto, porque el que aquí esto escribe, lleva muchos años, y ya se está cansando de predicar en casi desierto, por consumir mejores vinos, aguardientes de orujo, setas, frutas del bosque, grelos, etc. y sus formas y estilos, sin mucha recepción y menos comprensión por parte del gremio aunque sí de muchos agradecidos y satisfechos amigos.

Quizá, como los poetas, tenga que morirme para que se aprecie mi poesía, y quizá, muchos años después, me recuerden como humilde seguidor y discípulo de Cunqueiro. Y como seguidor, por la parte gastronómica, pues Cunqueiro era poco cocinero, y gran gastrónomo, y apreciador.

En su libro de Cocina Gallega, cito de memoria, dice "... y no se encuentran ahora castañas en almíbar en Galicia...".

Queriendo suministrar estas castañas, empecé a envasarlas en un magnífico almíbar ligero, con un buen resultado en el mercado exterior, y ahora se venden más en Japón que en Galicia. Nadie es profeta en su tierra...

Pero también Don Quijote dijo "... podrán los encantadores quitarme la ventura, pero jamás el esfuerzo y el ánimo". Y seguiré, mal que les pese, como Sócrates, predicador de la recuperación de la gastronomía tradicional, defensor contumaz de las virtudes de los productos gallegos y sacrificándome cotidianamente en el agradable esfuerzo de contribuir e incrementar su consumo, uso y abuso.

José Posada - Ourense