Historia del "Marron Glace"
Se supone
que los antecedentes del "Marron Glacé" pueden estar
en las frutas confitadas con miel, que empezaron a elaborar los griegos,
metiendo higos en ánforas con miel y por una lenta ósmosis,
impregnando el fruto, para que tomara sustancia y ayudara en su conservación.
Los romanos seguirían la tradición, así como bebían
con gusto los vinos griegos, también con miel yagua, Lúculo
y Heliogábalo no dejarían de regodearse en decadentes refinamientos
de frutos confitados en miel de las colmenas de Columela.
Por todo el
imperio romano se extendía el cultivo del castaño como árbol
autóctono y las legiones de César avanzaron por las Galias,
bajo los árboles del pan, como le llamaban a este noble árbol.
No sé si Asterix el galo adoraría el castaño, en
su religión druida, como adoraba y respetaba el roble, pero estamos
seguros de que sí comía sus frutos y tomaba a veces su jabalí
relleno con castañas de L'Ardeche, como hacen todavía nuestros
vecinos gabachos.
La técnica
de confitar frutos debió de guardarse en algunos monasterios medievales,
armarios de cultura y maestros también en el buen comer y beber.
De ahí, y como refinamiento, pasamos al Renacimiento, y muchas
damas florentinas y venecianas tuvieron en sus labios la más delicada
fruta, confitada lenta y delicadamente por artesanos del Dux.
Los Borbones
absolutistas de Francia no pudieron ser menos y todo el refinamiento de
la corte francesa, antes de caer sus peinados en la guillotina, sesustentó
en sofisticadas preparaciones culinarias, que todavía hoy nos hacen
palidecer de envidia. Las bellas damiselas, usando las delicadas pinzas
de ágata de sus dedos, tomarían delicadamente un "Marron
Glacé" ofrecido versallescamente por su galán y empolvado
caballero.
Angel Muro
ya nos habla de la compota de castañas a la vainilla en 1893 y
el gran cocinólogo gallego "Picadillo" explica, a principios
de siglo, como preparar este delicioso y supremo manjar. El primer ingrediente
es la paciencia, pues bien difícil es pelar una castaña.
Más el que no lo probó que lo intente. Y más paciencia
para cocerla y conseguir hacerlo sin que se rompa más de la mitad.
Y concentrar lentamente los almíbares, uno y otro hasta el punto
de hilo, y el punto de perder toda calma y serenidad y pensar seriamente
en dejar el sufrido gremio de pasteleros, confiteros y reposteros.
Pero una vez
conseguido el resultado final, se comprueba que, no sin grandes esfuerzos
y sacrificios, se merece la gloria. Las vulgares y leñosas castañas
quedan transformadas en el dulce más caro, exquisito y sofisticado
de la humanidad y solamente almas finas, cultivadas y nobles están
capacitadas para apreciarlo. De la castaña al "Marron Glacé"
hay el mismo largo camino que recorrió el hombre hasta componer
la Novena Sinfonía o poner el pie en la Luna.
¡¡¡LIBERTE,
EGALITE, FRATERNITE, MARRON GLACE!!!
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