La Castaña
Cenicienta
Su color el
amarillo sepia, el marrón y el castaño, Su olor, de leña
ardiendo, tierra húmeda y castañas asadas.
Su sabor, de vino nuevo, membrillos maduros y marron glacé.
Todo el otoño cabe dentro de un erizo de castañas.
Con nuestras mágicas artes y artesanía, convertimos la humilde,
hirsuta y erizada castaña, en una Princesa de cuento de Hadas.
Primero le quitamos sus pieles, la lavamos, confitamos y perfumamos con
vainilla de Tahití. Después la vestimos, calzamos y presentamos
en su carroza dorada, con el nuevo nombre de "Marron Glacé".
La llevamos al baile, y allí se encontrará con el Príncipe
del Buen Gusto, usted mismo/a, merecedor/a de esta exquisita beldad, princesa
real de la gastronomía. Si se enamora de ella, busque nuestra marca
"José Posada", con la misma pista de la zapatilla de
baile de la Cenicienta. Pero como todo lo bueno, la vida del "Marron
Glacé" es corta. Degústelo cuanto antes, antes de las
doce campanadas, pues como toda belleza y toda flor, se marchita esta
misma noche. Ordena el poeta coger hoy las rosas de la vida...
"Prenez d’aujourd’hui les roses de
la vie..."
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Seis y un minuto de la mañana. Seguramente porque
se está acercando la Navidad, todas las castañas han volado
de sus erizos.
Y todas las castañeras, desde las más jóvenes hasta
las más ancianas, las recogen bajo la falda entre sus piernas,
calentando y tostando allí su mercancía.
No han encontrado mejor fuego.
Rafael Alberti (1902-1999)

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