Castaņas
frescas
Son bastante menos digeribles que las cocidas o asadas, hay que
pelarlas con calma y darse cuenta, al hacerlo, que algunas variedades
se pelan mejor que otras. Para pelarlas en la cocina, si no se
compran ya en lata, peladas, hay que poner una cacerola con agua
a hervir. Se hace una incisión poco profunda de las dos
pieles, se mete cada dos o tres castañas en el agua hirviendo,
en un colador, para poder retirarlas rápidamente del agua.
Se dejan hervir durante uno o dos minutos, se pelan rápidamente
al sacarlas del agua, con guante, para no quemarse. De esta manera
se pelan bien un 60% de las castañas, si son buenas y frescas.
Son así peladas, la materia prima para todos los otros
platos a preparar.
Castañas
enteras al natural
Son simplemente castañas, sin su piel, cocidas en agua,
enteras, con un poquito de sal, azúcar y laurel. Es un
producto natural, sin conservantes ni colorantes, y sirve para
acompañar la caza, carnes, aves (el pavo relleno de castañas,
a la salvia es típico americano), y va maravillosamente
decorando platos de cerdo y cordero. Es un plato tradicional,
más antiguo que las patatas, y desde luego mucho más
fino y sabroso.