Puede
hacerse con castañas congeladas; siempre el quid consistirá en que
cuezan lo bastante para estar muy blandas y sin deshacerse del todo
y elegir castañas de las mejores, azucarosas.
Hay
que ponerlas en remojo veinticuatro horas por lo menos.
Después
se cuecen con agua y sal; cuando estén cocidas, se majan unas pocas
en el mortero con una corteza de pan tostado y remojado en vinagre,
se incorpora este puré a las castañas.
Si
se quiere se puede añadir una cucharada de miel.
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