Las
castañas pilongas se ponen en remojo por espacio de 24 horas.
Se
lavan luego y se mondan.
Machacadas
se pasan por el pasa purés.
Se
les echa la miel, el chocolate rallado y el azúcar, poniéndolas
enseguida a fuego lento suave, sin dejar de removerlas para que
espese.
Se
echan en una compotera y cuando la crema está fría se cubre con
una merengada hecha con las claras de huevo puestas a punto de nieve
y las dos cucharadas de azúcar lustre.
Si
se quiere puede meterse unos minutos al horno para dorar el merengue.
(Entonces la fuente ha de ser refractaria).
(La
receta es antigua y puede realizarse también con puré de castañas
frescas cocidas en lugar de machacarlas).
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