Un
capón se asa muy bien al "espeto", con un ligero
adobo de ajo y limón y sal, y con manteca de cerdo o al horno
con la grasa misma del capón.
Se
le meten dentro las manzanas que quepan, o ciruela, pasas, o castañas
bien peladas. No le va mal cuando está algo de medio asado,
echarle un pocillo de vino blanco seco o coñac, y zumo de
limón.
La
receta que da "Picadillo" del capón asado al "espeto"
es que como dice el cocinero e hidalgo coruñés, "la
piel empieza a levantar ampollas", además de sal, le
echo sal de apio y un chorrito de vinagre la primera vez, y en las
últimas vueltas, jugo de limón, que es mejor que echar
éste cuando el capón va a la mesa.
En
lo que no sigo a "Picadillo" es en el hecho de servirlo
"sobre lechuga aderezada". Si se me permite, el capón
no tolera la ensalada de lechuga; en cambio le van bien unas patatas
asadas, o puré de castañas, que si se quiere se mete
en el horno para que se dore y tueste, o castañas cocidas,
o coles de Bruselas, obretones, si los hay, cocidos en agua, sal
y un poco de vinagre, y después pasarlos un poco en la sartén,
escurrirlos pero no mucho, en la grasa del jugo del capón,
y si es poca la que queda, añadiéndole manteca de
cerdo.
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